El movimiento Gülen fue uno de los pilares del régimen de Erdogan hasta 2016. Hoy está perseguido por la justicia. Tras el golpe de Estado frustrado en Turquía, muchos seguidores fueron arrestados y miles se exiliaron. Pero el movimiento sigue vivo.
La influencia del movimiento Gülen en el sistema institucional turco, con la aprobación expresa de Erdogan, fue largo tiempo enorme. Hoy el movimiento es el enemigo número uno del Estado en Turquía. El movimiento Gülen cuenta con miembros en 160 países que estarían al frente de más de 1500 instituciones educativas, hospitales y grupos mediáticos. Los detractores ven el movimiento Gülen como una organización islámica que busca influencia política. Fuera de Turquía, la organización tiene muchos seguidores entre los musulmanes turcos en Europa, y desde la década de 1990 también en los países islámicos de África y entre los intelectuales musulmanes en los Estados Unidos.
Hasta hace poco el movimiento era visto como una alternativa democrática a los salafistas y otros islamistas. Sin embargo, las autoridades alemanas observan ahora el movimiento Gülen de manera más crítica. El Ministerio de Relaciones Exteriores alertó ante las estrategias del crimen organizado del movimiento y los intentos de infiltración en medios y organismos. ¿Es el movimiento Gülen, que ha elegido a Alemania como su sede europea, una secta radical y una amenaza para Europa, o una organización pacífica que fomenta la educación y el entendimiento internacional, como dice ser?
Este documental de la DW alemana investiga las huellas del movimiento y habla con representantes y detractores del mismo.
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