
El Shibari o Kinbaku es una práctica sexual que ha ganado terreno en los últimos años, y la cual tiene por objetivo aumentar el placer a través de la atadura de la pareja con cuerdas.
Shibari es literalmente traducido del japonés como un sustantivo, atado/atadura. La palabra no tiene ninguna connotación erótica; sin embargo, algunos señalan que se ha popularizado por el mal uso del japonés, ya que en realidad algunos practicantes designan el arte de la atadura erótica como Kinbaku, su sinónimo, pero con carga sexual.
Dicha práctica ha llamado la atención de occidente por su carga visual, las posiciones y los amarres, donde se asemejan a esculturas asimétricas y las cuerdas se convierten en una extensión de las manos.
Para Rika Avaem, artista Shibari de origen hongkongés, “culturas como Japón o China no tenían como normalidad el contacto físico y por lo tanto buscaban formas de extenderlo a través de objetos”. Las cuerdas se volvieron el mejor medio y para ella, al realizar una sesión, la conexión que tenía con cada persona era muy distinta, pues la fuerza que se generaba con las ataduras variaba en cada persona.
El Shibari es practicado en Hong Kong por una comunidad selecta y subterránea, todavía es mal visto y calificado como reprobable en la sociedad. A los extranjeros, por ser una minoría extraña en su entorno, se les permite tener excentricidades como esas, como no son locales se piensa que tienen otras costumbres, mientras que entre la comunidad china se sigue excluyendo a quienes acepten abiertamente ser parte de ésta y otras prácticas que no se ajusten a las reglas de lo “normal”.
A diferencia del erotismo occidental, oriente lo hace menos curvilíneo, se vale menos de la inmensidad de unos pechos de silicona y nos muestra esos frágiles cuerpos en una telaraña de emociones, a veces flotando incómodamente como presas de sus propios sentimientos, pero bajo ninguna circunstancia es una expresión de sometimiento que lleve a la violencia de género. Es una acción artística que busca generar una reacción, en ocasiones con la ayuda de la improvisación y el sentido de la estética.
Pese a hundir sus raíces en técnicas de tortura, el moderno arte de los juegos eróticos con cuerdas no es en absoluto cruel ni violento. Se trata de una práctica totalmente consensuada, con técnicas y límites definidos.
En muchas ocasiones, esta práctica sexual es confundida con el «Bondage»-que significa “esclavitud”-, pero ésta última práctica sexual no sólo hace uso de cuerdas para incitar el placer de la pareja, ya que también se usan otro tipo de objetos para someter como esposas, cintas, y su fin es someter a la otra persona para placer propio.
source https://laguaridadelnagual.com/archivos/9508
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